Cuando los tiempos de angustia arriban a nuestra sociedad y familia; la calma es lo que más rápido se pierde o se sale de control, y si dejamos a nuestras emociones fluir por sí solas y dominar sobre nuestro carácter piadoso, todo empeorará.
Cuando consultamos y confiamos primero en el hombre antes que, en Dios, la paz comienza a faltar y nuestra dependencia a Él a flaquear.
Es entonces cuando inmediatamente debes recurrir a la fuente de la paz, verdad y sabiduría, debes acudir al Señor.
A Dios nada le toma por sorpresa el conoce y sabe lo que habría de acontecer, a Él nada le toma por sorpresa.
Nuestro amado Dios, nos ha equipado espiritualmente para enfrentar todo tipo de dificultades y problemas. Por lo tanto, no temas a nada y solo enfócate en:
1. Acercarte más al Señor.
2. Lee atentamente Su Santa Palabra.
3. Orar más, en suplicas y ruegos.
4. Ayuna con sinceridad.
Más cuando hagamos esto, cuidemos de que nuestra actitud y corazón sean sinceras ante el Señor con un corazón contrito y humillado que busca de verdad Su presencia, Su misericordia y Su gracia.
Amada para concluir simplemente no dejes que el temor, la angustia y el caos de estos tiempos se apoderen de ti, no recurras en primera instancia a alguien fuera de Dios. Aférrate a Él y a Sus promesas porque, así como el Es verdad Su palabra es verdad.
En la próxima reflexión hablaremos mas detalladamente sobre “lee atentamente la palabra del Señor” será enriquecedor para todas.
Con amor, Tania M Olsson. Nos veremos en una próxima oportunidad con una reflexión más, aquí en Diario de una mujer cristiana. Bendiciones mil.

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