Continuando con nuestro tema ¡Vive una vida piadosa en un mundo impío!

Hoy veremos, “aprende sin necesidad de experimentar”

Dios a través de su misericordia nos ha rodeado de nuestra familia, hermanos en Cristo y amigos, no solo para amarlos y servirles; sino para advertirnos a través de sus experiencias que las consecuencias del pecado son reales y hacen estragos. Sus vidas son libros abiertos que leemos a diario, así como nuestras vidas lo son para ellos, de esta manera también adquirimos sabiduría.

Nuestro Señor quiere comunicarnos que NO es necesario experimentar el pecado para aprender cuáles son sus consecuencias.

Si querida amiga, así como lo lees. Debemos aprender sin necesidad de experimentar. Sería lo mas optimo para nuestra vida cristiana.

¿Y cómo sucede esto? Es muy sencillo y a la vez difícil de tenerlo presente. El Señor nos ha dado un medio para relacionarnos los unos con los otros, y es la comunicación:

1. Comunicación verbal: compartir vivencias y relatos, historias, problemas y caídas, por medio del habla.

2. Comunicación visual: presenciando las circunstancias de otros.

3. comunicación audible: accionando el oído para escuchar a otros atentamente.

Para poder explotar al máximo este medio y dirigirlo hacia el enriquecimiento de tu sabiduría y conocimiento en Dios, debes despojarte de:

1. un corazón soberbio: Creer que nunca te sucederá.

2. un espíritu endurecido: No escuchar con diligencia, porque no hay amor ni misericordia frente al sufrimiento del otro. (Independientemente de la causa).

3. y del orgullo: este tiene mucho que ver con la religiosidad, la superioridad y el rechazo. Sentirte por encima de los demás por sus caídas y consecuencias.

Querida amiga, Esta atenta a tu entorno, el Señor nos habla a través de las circunstancias y no solamente las tuyas sino la de tu prójimo también. Escucha, observa y habla.

Entiendo que no siempre se aprende sin caer, mas si ha de suceder, ten presente que ¡El propósito de la sabiduría es no cometer el mismo error dos veces! Elizabeth George.

Con amor, Tania M Olsson. Nos veremos en una próxima oportunidad con una reflexión

más, aquí en Diario de una mujer cristiana. Bendiciones mil.