Hemos llega a la conclusión de nuestro tema “Diciendo NO a la tentación” Después de haber analizado cada una de las tres oportunidades en que el enemigo intento seducir a Cristo, quiero concluir con lo siguiente:
1. La tentación del Señor Jesucristo es el gran ejemplo para mostrarnos de que podemos decir NO al pecado.
2. La buena recompensa no es fiel compañera del camino fácil y cómodo; La buena recompensa ama el sacrificio, la disciplina y el esfuerzo.
Cuando finalmente el enemigo abandonó al Señor Jesucristo, vinieron ángeles a servirle. Jesucristo había rechazado con éxito las tentaciones.
William MacDonald dijo: “Por medio de la tentación de Jesús aprendemos que el diablo puede atacar a los que están controlados por el Espíritu Santo, pero que es impotente contra los que le resisten con la Palabra de Dios”
En la introducción recalque que nuestras armas nos son materiales, sino espirituales, y de hecho es así; El gran secreto revelado por el Señor para nosotras, las armas que Él nos otorgó fueron:
1. Oración
2. Ayuno
3. Conocimiento de la Santa Palabra de Dios
En una sola palabra Comunión.
Isaías 59:19 tiene una preciosa promesa para nosotras cuando estamos siendo atacadas por el enemigo y dice: “porque vendrá el enemigo como río, más el Espíritu del Señor levantará bandera contra él” Que aliento nos da el Señor a nosotras sus hijas sometidas a prueba.
Recuerda amada que todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 1 Juan 2:16
Por lo tanto, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Hebreos 12:1-2
Con amor, Tania M Olsson. Nos veremos en una próxima oportunidad con una reflexión más, aquí en Diario de una mujer cristiana. Bendiciones mil.
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