Querida Mujer, antes de que clames al Señor, el te responderá. Y mientras aún hables Él ya te habrá oído.
¡Que maravillosa y preciosa promesa! Cobija nuestro ser, cuando vivimos en completo arrepentimiento y sometidas a Su santa voluntad.
Las promesas del Señor son tan ciertas, como reconfortantes para nuestra alma.
Cuán importante es saber que no hay obstáculos en nuestra oración que le impida llegar al Padre.
Esa íntima y estrecha comunión que hace a Dios anticiparse ante todas nuestras necesidades y responder inmediatamente a nuestra provisión espiritual y aun física.
No sé si a ustedes, pero a mí, me da mucha paz saber que el brazo precioso de Dios, esta extendido a todo momento para auxiliarme, y que no se retrae cuando hay corazones firmes y obedientes dispuestos a servirle según Su voluntad.
Despierta hoy querida mujer con esa certeza y verdad infalible de que antes de que te pongas de rodillas para clamar al Señor, Él ya ha escuchado tu pensamiento.
Antes de que tu boca pronuncie palabra alguna, Él ya ha oído a tu corazón.
No hay nada más satisfactorio para nosotras las mujeres, que saber, que hay alguien que nos escucha, que nos consuela y responde, cuando más lo necesitamos.
Con amor, Tania M Olsson. Nos veremos en una próxima oportunidad con una reflexión más, aquí en Diario de una mujer cristiana. Bendiciones mil.
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