¿Estás distante de tu Salvador?

¡Que deliciosas son las uvas!, no se si a ustedes les encantan tanto o más que a mí.

Y que sabiduría más grande la del Señor en usar la Vid para compararse a sí mismo y a los pámpanos con nosotros los creyentes.

Esta planta tiene una gran particularidad y es que un pámpano de la vid tiene un solo y gran propósito, dar fruto, no sirve para hacer muebles ni casas. Ni siquiera es bueno para leña. Pero es bueno para dar fruto siempre que permanezca en la Vid.

Aquí el mismo Cristo es la vid, los creyentes son los pámpanos de la vid. No se trata de que el pámpano tenga que vivir su vida para la Vid, sino de sencillamente dejar que la vida de la Vid fluya por los pámpanos.

A veces oramos “Señor, ayúdame a vivir mi vida para ti. Mejor sería orar “Señor Jesús, vive Tú tu vida por medio de mi”

La palabra “permanecer” significa quedarse o persistir. El hecho de permanecer constituye una evidencia de que la salvación ya ha tenido lugar.

El fruto o la evidencia de salvación es la permanencia y la continuidad en el servicio a Él y en su enseñanza.

El creyente que permanece es el único creyente legítimo. De hecho, permanecer y creer son hechos esenciales en la salvación genuina.

Por lo cual querida amiga hay un gran mensaje en toda esta reflexión y es que separados de Cristo nada podemos hacer.

¿Estas permaneciendo en el Señor y es él quien fluye a través de tu vida, dando fruto según Su promesa? Espero que si!

Con amor, Tania M Olsson. Nos veremos en una próxima oportunidad con una reflexión más, aquí en Diario de una mujer cristiana. Bendiciones mil.