Consideración #5
La instrucción de las sagradas escrituras son un rigoroso proceso que debe iniciarse desde la niñez (Prov 22:6) y mantenerse toda la vida mientras el cristiano habite esta tierra.
Si bien la vida eterna empieza con la salvación que el Señor Jesucristo ofrece a través de su muerte vicaria, el desarrollo de esta lo contiene “La palabra de Dios”
Aunque la palabra salvación nos remita al hecho de que el Señor nos ha librado de la muerte eterna, no quiere decir que su alcance es corto y limitado.
Ya que las sagradas escrituras son continuamente capaces para hacer sabio al hombre para vivir la eternidad desde su estancia aquí en la tierra.
Esto significa, ante todo, que los hombres aprenden el camino de la salvación por medio de la Biblia, ósea el camino de una vida llena y plena en Dios que es totalmente opuesta a la vida allí fuera en el mundo.
La palabra instrucción quiere decir “caudal” o cantidad de conocimientos adquiridos. También denota un curso que sigue un proceso de formación el cual contiene diferentes reglas y directrices que se combinan para una finalidad.
Lo que en general me describe que la Biblia es más que un caudal de conocimiento, es pura sabiduría, con un curso y dirección eterna, con un proceso de formación espiritual el cual contiene los mandamientos y la mente sagrada de Dios.
Por lo tanto, querida amiga, fórmate desde los parámetros de las Sagradas Escrituras e instruye a tus hijos, sobrinos en el camino del Señor y comparte el conocimiento sagrado con todos los que te rodean. De ese modo estarás viviendo la vida eterna conforme a la voluntad de Dios.
Con amor, Tania M Olsson. Nos veremos en una próxima oportunidad con una reflexión más, aquí en Diario de una mujer cristiana. Bendiciones mil.
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