Amiga, es muy normal que temamos a la muerte. Muchas de nosotras hemos visto partir a nuestros seres queridos, y no es fácil.
No queremos pensar sobre esta realidad, aunque la muerte este tan ligada a la vida como la existencia; y mucho menos nos gusta pensar en el día que nos toque a nosotras partir.
Es por lo que el Señor Jesucristo te dice hoy que no temas: porque Él es la resurrección y la vida.
Mas que cuerpo somos alma, somos aliento de vida que le pertenece a Dios (Gn 2:7). Algún día Él reclamará ese aliento, con Su justo derecho y autoridad.
Es por lo que El Padre a enviado a Su Hijo Jesucristo quien es Dios mismo y le ha dado el poder de la resurrección y la vida. El Señor quiere que personalmente confíes en Él, para que cuando seas llamada a Su presencia, disfrutes de Él por toda la eternidad.
Cristo es el único que puede levantar a los muertos. Ni la resurrección ni la vida eterna existen sin la intervención del Hijo de Dios; Como tampoco el tiempo no es una barrera para aquel quien posee el poder de resucitar y dar vida. Él tiene el poder de dar vida en cualquier momento y a quien quiera.
El secreto de la vida eterna que tanto ha perseguido el hombre se halla en un solo nombre, Jesucristo hombre. Echa mano de esta y traspasa la barrera de la muerte que un día El Unigénito hijo de Dios venció en un madero por ti y por mí.
Con amor, Tania M Olsson. Nos veremos en una próxima oportunidad con una reflexión más, aquí en Diario de una mujer cristiana. Bendiciones mil.
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