Mantener la paz con y entre los miembros de tu familia es importante, por eso, sigue el consejo del apóstol Pablo que dice: “Sí es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres (Rom 12:18). Tú no puedes cambiar el corazón de los miembros de tu familia, pero, sin duda, puedes cambiar el tuyo.
Por eso, te dejare algunos tips, que te ayudarán bastante a mejorar y a mantener una buena relación con tus seres queridos y suegros, porque no se trata solo de mantener la paz con, sino entre ellos, luego entenderás porque:
1. Evita el chisme: No murmures sobre algún miembro de tu familia con otro. Esto es terrible pecado, el cual el Señor aborrece, y trae consecuencias, ósea problemas.
2. No reveles secretos: si alguno de ellos te ha confesado algo muy íntimo, es preferible enterrarlo, que caer en la tentación de revelarlo.
3. Se sabia e inteligente al hablar: No te dirijas a ellos con sátiras, ni palabras hirientes. Pueda que te hallan herido, pero recuerda que El Señor nos enseña a pagar con bien el mal. (1 Tesalonicenses 5:15)
4. Trata a todos por igual: Pertenecemos a nuestro Dios que es imparcial, así mismo, como hijas de Dios debemos ser imparciales.
5. Perdona siempre: pide al Señor que te de compasión y su gracia para perdonar cualquier herida del pasado. Y recuerda que el, nos manda a perdonar 70 veces 7 a diario. Lo que traduce 490 veces al día.
6. Mantén en privado tu vida matrimonial: No cuentes nada de lo que pase en tu vida con tu esposo, los desentendimientos y roses (mientras no pasen a mayores), o cosas cotidianas que te disgustan de tu esposo, solo lo deben saber Dios, y los cónyuges. No somos perfectos y por experiencia propia digo que contar estas cosas privadas a nuestros familiares, crean un pésimo mal ambiente entre ellos y resentimientos que desembocaran en problemas. ¡Lo aseguro!
Una mujer piadosa busca la paz de Dios y la sigue; también la atesora, revistiéndose de ella, para convivir con quienes la rodean y ensalzar así, con sabiduría y gracia, el nombre de su Dios.
Que el Señor nos ayude a vivir en paz, con todos los hombres, mientras esto dependa de nosotras.
Con amor, Tania M Olsson. Nos veremos en una próxima oportunidad con una reflexión más, aquí en Diario de una mujer cristiana. Bendiciones mil.
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