Continuando con nuestro tema “La disciplina”, la reflexión de hoy se titula: Mujer, controla tu boca.
Proverbios 17:28 dice: “Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio; El que cierra sus labios es entendido”
Cerrar y abrir la boca cuando es prudente, es un arte que debemos aprender nosotras las mujeres, y solas no lo podemos lograr. Dios, a través del Espíritu santo y con su poder extraordinario es quién cambia nuestra situación, y con disciplina nos incentiva a vivir una vida santa y piadosa reflejada en nuestras palabras.
Dice otra versión de la biblia lo siguiente: “hasta el necio pasa por sabio e inteligente cuando se calla y guarda silencio”
Esas dos palabras “pasa por” me hablan de un control momentáneo o falso. Una persona cualquiera sin Dios, o un cristiano que no se encuentre bajo el control del espíritu santo, puede tener el chance de acertar, sin embargo, lo que me alude el versículo es que si un necio puede ser llamado sabio, cuando decide callar en un momento oportuno; ¡cuanto más sus hijos e hijas que utilizan bien esta virtud! ¡Cuánta gloria podríamos traer al Señor solo con la boca!
Acertar un momento de sabiduría no es sinónimo de disciplina, al contrario, solo refleja un estado variante y cambiante, sin bases sólidas.
No en vano, Santiago dedica una porción de la palabra a la lengua, en el capítulo 3 de la epístola que lleva su nombre, versos 1 al 12, y nos enseña lo siguiente:
1. No debemos creer que por que poseemos un título, ya tenemos el absoluto control sobre nuestra boca y lengua.
2. Debemos tener presente que, si controlamos nuestra boca, seremos capaz de controlar todo nuestro cuerpo.
3. No debemos desestimar el poder que tiene nuestra boca y lengua.
4. Reconocer que solas no podemos tener el control sobre nuestra boca, necesitamos de la ayuda del Señor.
5. Y por último, es nuestra decisión, hacer de nuestra boca un instrumento de bendición y no de maldición.
Amada Una mujer piadosa, sabe utilizar con sabiduría su boca y lengua; las controla y utiliza solo para bendecir y dar la gloria a Dios en todo momento.
no podemos hacernos llamar hijas de Dios cuando con nuestra propia boca bendecimos a Dios, pero maldecimos a los hombres, recordemos que ellos también son creación de Dios.
Que el Señor nos ayude a controlar nuestra boca, para ser instrumentos de bendición y dar honor a Su nombre.
Con amor, Tania M Olsson. Nos veremos en una próxima oportunidad con una reflexión más, aquí en Diario de una mujer cristiana. Bendiciones mil.
Comments