Mujer, El Señor es tu independencia

¿Cómo puedo yo, superar sola las dificultades? ¿Cómo puedo hallar, quietud, reposo y paz en medio de la tormenta?

En la etapa de mi juventud siempre solía ir allí fuera a buscar consuelo cada vez que las tormentas llegaban a mi vida.

Los problemas se hacían insufribles y cada vez me sentía más incapaz de encontrar fortaleza en la soledad y valerme por mí misma.

Deseaba tener a alguien presente a mi lado, un hombro en el cual derramar todas mis lágrimas y un abrazo el cual me mostrara su compasión ante mi situación.

Cada día me volvía más dependiente de los demás, sin darme cuenta de que estaba perdiendo mi identidad.

Buscaba la aprobación de los demás, desnudando todo lo que pasaba en mi vida y desvelando mis falencias, mis errores, mis frustraciones a aquellos que también padecían el mismo problema. La verdad buscaba era amor, buscaba que alguien me disculpara, me perdonara por mis errores y aprobara mi comportamiento, que me aceptara tal como yo era.

Y fue cuando el Señor llegó a mi vida y me mostro tres virtudes las cuales me harían fuerte y dependiente solo de Él, mi verdadero Padre, Mi creador. “La fe, la esperanza y el amor”

En base de estas tres virtudes comenzamos hoy una nueva semana, un nuevo estudio, así que no te lo pierdas.

Con amor, Tania M Olsson. Nos veremos en una próxima oportunidad con una reflexión más, aquí en Diario de una mujer cristiana. Bendiciones mil.