1 Pedro 2:5 “vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”
Históricamente, la palabra piedra se usa en el lenguaje común y también en cantería, arquitectura e ingeniería para hacer referencia a cualquier material de origen natural caracterizado por una elevada consistencia. Como materia prima, la piedra se extrae generalmente de canteras y explotaciones mineras a cielo abierto. La cantería es uno de los oficios de más antigua tradición. La piedra es tallada por los maestros tallistas y es el material que mejor se conserva.
No en vano el Señor por medio de Pedro, en el versículo mencionado, se refiere a nosotros como piedras vivas de la casa espiritual del Señor que está constituida por todos los creyentes en Cristo; Los cuales conforman la iglesia, con un carácter consistente y formados por el Maestro de maestros, “Dios”
En el AT el templo fue construido con materiales hermosos, más inertes y perecederos, este templo era físico y tangible. Con el nuevo pacto y por medio de Jesucristo quien es la piedra angular (Ef 2:20), la iglesia es una estructura espiritual edificada con piedras vivas, ósea nosotros, quienes somos un sacerdocio santo que funciona en relación a la casa.
Antiguamente solo el sumo sacerdote podría allegarse a la presencia de Dios, y una vez al año; Ahora, por medio de Jesucristo, en la nueva dispensación, todos los creyentes, como sacerdotes, tienen acceso inmediato al salón del Trono del universo, de día o de noche.
Así que como piedras vivas ósea, sacerdocio santo, nuestra función es ofrecer sacrificios espirituales, y aquí la palabra de Dios no se refiere a los del AT como animales, aves, y vegetales, sino a sacrificios espirituales de los sacerdotes del Nuevo Testamento, los cuales son:
1. Presentar nuestro propio cuerpo como un sacrificio vivo, santo y aceptable para Dios. este es un acto de adoración espiritual (Ro 12:1)
2. El sacrificio de alabanza. “Es decir, fruto de labios que confiesan su nombre” (Heb 13:15)
3. El sacrificio de buenas obras: “No os olvidéis de hacer el bien…porque de tales sacrificios se agrada Dios”(He 13:16)
4. El sacrificio de las posesiones o del bolsillo: “No os olvidéis de la ayuda mutua; de esos sacrificios también se agrada Dios. (He 13:16)
5. El sacrificio del servicio: Pablo habla de su ministerio como una ofrenda sacerdotal (Ro 15:16)
Estos sacrificios son aceptables a Dios por medio de Jesucristo, es solo por medio de Él, nuestro mediador, que podemos allegarnos a Dios en primer lugar, y es solo Él quien puede hacer aceptas nuestras ofrendas delante de Dios.
Todo lo que nosotros hacemos, nuestro culto y nuestro servicio, es imperfecto; lleva la tara del pecado. Pero antes del llegar al Padre, pasa por el Señor Jesús. Él quita todo el pecado, y cuando llega a Dios Padre es perfectamente aceptable.
Ahora bien, cuan importante es entender que en nuestra identidad que se halla en Cristo, no solo somos hijas de Dios, sino también “piedras vivas” “sacerdotes santos”
Nuestra identidad en Cristo abarca algo más que el decir soy cristiana, y nos compromete hondamente a identificarnos en diversas áreas espirituales con Dios para adorarle y dar frutos santos dignos del gran y precioso nombre del Señor.
Con amor, Tania M Olsson. Nos veremos en una próxima oportunidad con una reflexión más, aquí en Diario de una mujer cristiana. Bendiciones mil.
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