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Foto del escritorTania M Olsson

“Mujer, ¿Qué refleja la luz de tus ojos?”

¡Los ojos! ¡Cuán importante órgano disfrutamos gracias a la misericordia del Señor, y en que no los utilizamos a diario! Desde que despertamos hasta que nos acostamos son como un faro, el cual el Señor Jesucristo los comparó como la lampara del cuerpo.


Yendo directamente al significado griego para ojo, me llevo con la sorpresa de que aparte de vista como significado, figurativamente la palabra ojo se utiliza para referenciar la envidia.

Así que el Señor se refiere al ojo de una manera espiritual, donde sus funciones actúan de afuera hacia dentro y de adentro hacia fuera, como un canal.


Se dice que los ojos son el espejo del alma y es muy cierto, porque a través de ellos decidimos almacenar en nuestra memoria el buen conocimiento, como también, hermosas y bendecidas experiencias.


La vista amplia en nuestro ser la percepción del mundo real que, al accionarla con nuestros otros sentidos, se vuelven una experiencia maravillosa, a la cual diariamente, debemos dar gracias a Dios.


Pero de tras de todo esto, hay una enseñanza profunda; El Señor nos quiere decir que esa visión o percepción que tenemos de las cosas, debe ser sana, sincera, buena y clara; como también, nos demuestra que aquello que atesoramos en el corazón, a través de ese ojo, es la luz que se refleja de nuestro carácter como cristianas, así que podríamos llamarle, una visión de inspección ferviente continua y activa.


Físicamente tenemos los ojos, pero recuerden, que antes de conocer a Dios, estábamos muertas en nuestros delitos y pecados, estábamos ciegas espiritualmente. Con esa ceguera espiritual nuestra visión se resumía a una observación mecánica pasiva y casual. En el momento que el Espíritu Santo entra a morar en nosotras, esa visión espiritual se activa. ¿Pueden entender el punto del Señor?


Nuestra vista, siendo cristianas, debería ser una observación consciente y voluntaria. A que me refiero, a que debemos tomar conciencia de las intenciones con las que observamos nuestro alrededor, y en conjunto con el conocimiento de la palabra, ir desechando aquello que a través de nuestra vista contamina el alma.


De lo contrario querida amiga, si desechas las enseñanzas del Señor y persistes en seguir viviendo según tu criterio, sucederá lo que dice el Señor: si la luz que hay en ti son tinieblas, ¿Cuántas no serán las mismas? Mt 6:23


¡Cuán bello es nuestro Señor! ¡Como de verdad nos da vida en todos los sentidos, revive el alma para que podamos observar, almacenar y accionar todas sus verdades, para que podamos adoptar su carácter vivo, en vez del nuestro, que estaba muerto!


Así que el ojo sano, pertenece a esa mujer que tiene motivos puros, que tiene un deseo sencillo por los intereses de Dios, y que está dispuesta a aceptar literalmente las enseñanzas de Cristo; Por lo tanto, toda su vida está llena de luz, cree las palabras y mandamientos de Jesús, y los atesora en su ser porque sabe que esta es su única y verdadera seguridad.


Que el Señor nos ayude a tomar conciencia de que todo lo que guardamos en nuestro corazón, y observamos debe ser sano, sincero, bueno y bondadoso.


Con amor, Tania M Olsson. Nos veremos en una próxima oportunidad con una reflexión más, aquí en Diario de una mujer cristiana. Bendiciones mil.



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3 Comments


aura Silva
aura Silva
Dec 06, 2023

Dios les bendiga muy buenas y prácticas🤍🙏🤍🙋🏼‍♀️🌸bendiciones

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Buena tarde bendiciones la gracia de Dios esté sobre ustedes. Muy interesantes y reflexivas

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Fascinante!!!!

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