Continuando con nuestro tema “La mujer Bienaventurada, un carácter del otro mundo” hoy veremos “Mujer, Sé humilde y apacible” Mateo 5:5 dice “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad”
En la nueva versión internacional dice: “Dichosos los humildes, porque recibirán la tierra como herencia” la mansedumbre se refiere aquí a la humildad y apacibilidad del carácter de una mujer bienaventurada.
Para el mundo esta característica se resume en debilidad y perdida. Mientras que para Dios Significa autocontrol supremo dado por el Espíritu Santo (Gá 5:23). Y ¿qué significa esto?
Significa que esta mujer ha aprendido a:
1. Someterse a Dios: es aceptar la autoridad de Dios en su vida, es una sumisión benigna genuina, donde también interviene el someterse a las autoridades existentes.
2. Entregar el control a Dios: es aceptar la perfecta voluntad de Dios, y entender que es El Señor quien la guía y la gobierna durante todo su camino por la vida. También sabe que Cristo es autoridad y lo acepta genuinamente.
3. Tener una confianza humilde: Ella no depende de sus propios talentos, dones o habilidades, sino que descansa en el poder de Dios y Su soberanía.
4. Reconoce su pecaminosidad: Es consciente de su pecado y es por eso que busca siempre agradar y servir con alegría a Dios, con obediencia a sus mandamientos.
El autocontrol benigno prepara el camino para el control divino y la recompensa es la posesión de la tierra, la herencia, en este caso el reino celestial.
Así como en el antiguo testamento heredar la tierra expresaba la intervención de Dios y su liberación a favor de Israel (Deut 4:1; 16:20), recibir la tierra por heredad era una manifestación temporal del reino celestial que vendría y otra manera de expresar su gobierno soberano.
Es posible disfrutar de esta herencia debido al espíritu de contentamiento que el Señor nos ha dado (Salmos 37:16; Prov 15:16)
Así que, amada, esfuérzate en ser humilde, para que desde ya empieces a disfrutar de la heredad de Dios ha preparado para los mansos.
Con amor, Tania M Olsson. Nos veremos en una próxima oportunidad con una reflexión más, aquí en Diario de una mujer cristiana. Bendiciones mil.
Comments