Mujer ¿tienes hambre y sed?

Hambre y sed son dos necesidades universales de la humanidad, necesidades que solventamos a diario por medio del trabajo, para la obtención de alimentos y agua.

Aunque esta actividad nos hace sentir cansados, no hay manera de poder decir, hasta aquí llegué, de lo contrario ¿qué comeríamos mañana?

Teniendo el Señor Jesucristo este conocimiento se dirigió a nosotros con una gran realidad que va más allá de estas necesidades físicas.

Hay algo que agobia más al hombre y a la mujer, que el deseo de comer y de beber, hay una necesidad aún mas vital y es la que muchas no pueden ver “es la espiritual”

Jesús expreso esa verdad de una manera sencilla y clara. El es el pan de vida. Los que acuden a Él encuentran lo suficiente para satisfacer su hambre espiritual para siempre. Los que creen el Él encuentran que su sed queda apagada para siempre.

Debo hacer una aclaración muy puntual tocante a esta afirmación, toda esta maravilla necesita ser respaldada por una autoridad suprema, El gran “YO SOY”

Muy claro en este versículo, el Señor estaba haciendo una reivindicación de igualdad de sí mismo como Dios. Sería una insensatez que un hombre pecador pronunciase esas palabras.

¡Ningún hombre puede dar satisfacción a su propia hambre o sed, ni mucho menos dar satisfacción al apetito espiritual de todo el mundo!

Por lo tanto, Querida mujer, existe un pan y un agua más valiosos, dale prioridad al Señor Jesucristo en tu vida, El no solo quiere saciar tu vida espiritual, sino también la física.

Con amor, Tania M Olsson. Nos veremos en una próxima oportunidad con una reflexión más, aquí en Diario de una mujer cristiana. Bendiciones mil.