Proverbios 15:1 dice: “La blanda respuesta quita la ira; más la palabra áspera hace subir el furor”
¿Qué es lo que el escritor nos quiere plantear con este versículo? Nos quiere enseñar que nuestra naturaleza carnal puede tomar el control de una u otra manera cuando nuestros labios y lengua no sabemos refrenar.
Hablar de palabras suaves se refiere a la sabiduría, a la suavidad, a la amabilidad y apacibilidad con que actúas, pero también al tipo de palabras que utilizas al momento de responder; bien sea una ofensa o a alguien que se encuentra irritado, no necesariamente en contra tuyo.
Las palabras que pronunciamos sean buenas o malas tienen su origen en el corazón y se trasmiten por medio del habla. Por lo que el Señor nos quiere regalar una verdad profunda y sabia; “No respondas a una palabra áspera con otra igual, sino que neutraliza la ira con una palabra suave”
Siempre me ha gustado ese dicho que dice “para pelear se necesitan dos”, bueno pues aquí, El Señor con toda su sabiduría e inteligencia nos regala un ejemplo claro de cómo podemos llegar a ser hacedoras de paz y no de guerra.
Este es el secreto de cómo prevenir problemas, desastres y tragedias en nuestros hogares.
Así que amada amiga, nuestro reto es:
1. Convencerte de que la suavidad de tus palabras calma el enojo.
2. Alimentar nuestro corazón con el amor, la paciencia y la dulzura del Señor.
3. Tener control de nuestras emociones.
Mañana continuaremos con nuestras pautas para hablar como conviene.
Con amor, Tania M Olsson. Nos veremos en una próxima oportunidad con una reflexión más, aquí en Diario de una mujer cristiana. Bendiciones mil.
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