Amada, no temer se hace indispensable como herramienta personal para luchar en contra del estrés y sus secuaces.
El temor, atrae la ansiedad, la ansiedad al pánico y el pánico al caos total. Si miramos la vida del rey David antes de ser nombrado rey de Israel, no era un paraíso, era todo lo contrario; vivía en medio de la zozobra de la muerte y de sus angustiadores.
En los versos 4 al 5 del salmo que estamos estudiando, el escritor describe un sabio y amplio escenario de cómo enfrentar el valle de la muerte.
Aquí no estamos hablando de un terreno como tal, sino de una metáfora que nos hace ver como diariamente caminamos con la sombra de la muerte a nuestro lado, pero no solamente es aplicable a la muerte, sino que también se refiere al extenso camino de prueba que a lo largo de la vida un creyente debe experimentar.
No hay un solo personaje de la Biblia que no haya pasado por aflicciones, tristezas, problemas etc, por lo tanto, no seremos la excepción.
Sin embargo, nuestro amado Dios llega hasta nosotras con la palabra clave “NO TEMAS” y aquí el Señor te explicará porque no debes temer:
1. Cuentas con la presencia y liderazgo de Dios.
2. Cuentas con la protección y guía del Señor.
3. Cuentas con la provisión física y espiritual del Señor.
4. La preparación del Espíritu Santo, que es Dios mismo.
Estar consciente de estos cuatros puntos que dependen de Dios para tu vida, harán que todo peso caiga de tus brazos y empieces a caminar en medio de las dificultades sin temor alguno, sin estrés y sin pánico.
El salmista concluye diciendo “mi copa está rebosando” lo que quiere decir que nada le faltaba a David, al contrario, tenía más que suficiente.
Esa misma copa puede rebozar en ti cuando empieces a entender que vivir no depende de ti, sino del control absoluto y soberano de tu creador.
Con amor, Tania M Olsson. Nos veremos en una próxima oportunidad con una reflexión más, aquí en Diario de una mujer cristiana. Bendiciones mil.
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