La segunda tentación “la vanagloria de la vida” Mateo 4: 5-7 ésta tuvo lugar en Jerusalén en el alero o pináculo del templo, donde el diablo desafió al Señor Jesucristo a echarse abajo como una exhibición espectacular de Su filiación divina.
El punto era que Jesús demostrara que Él era el Mesías mediante una Señal espectacular, podría conseguir la gloria sin sufrimientos. Podría pasar la cruz por alto y llegar sin embargo al trono.
Esto me sitúa de nuevo en el Edén, por cuanto ambas cosas eran medios para conseguir gloria personal echando a un lado la voluntad de Dios.
Es por lo que esta tentación me recuerda:
1. No es correcto el deseo nuestro de hallar reconocimiento religioso, pasando por alto los padecimientos: Buscamos grandes cosas para nosotros mismos, y luego corremos y nos ocultamos cuando tenemos que hacer frente a las dificultades. Cuando ignoramos la voluntad de Dios y nos exaltamos a nosotros mismos tentamos a Dios.
2. Dios nos ha prometido perseverarnos, pero esa garantía presupone vivir la vida bajo la voluntad de Dios: No podemos reclamar las promesas prometidas a través de un acto de desobediencia, esto sería tentar a Dios.
3. Todo tiene su tiempo: No hay prueba o tentación que dure toda la vida. Nuestra recompensa vendrá, pero antes de eso debemos pasar por fuego. Debemos esperar el tiempo de Dios y cumplir su voluntad; de lo contrario perderemos su bendición.
4. No podemos demandar o exigir de Dios algo que parece nuestro derecho: por más natural que parezca o inofensivo, debemos recordar que Dios es Soberano, que lo que somos y tenemos, nos lo ha dado Él por Su gracia y misericordia, además muchas veces ni lo merecemos.
Amada, El señor Jesucristo no puso a prueba a Dios para protegerse así mismo, sino que confió en la promesa del Padre de cuidado constante. ¿Que nos hará creer, que nosotras si lo podemos hacer? ¡NADA!
Olvidemos nuestro yo, desechando la vanagloria, en lugar de ello, hallaremos paz y la mansedumbre de Cristo.
Recuerda que escrito está: “El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de Cristo, la hallará” Mateo 10:39
Con amor, Tania M Olsson. Nos veremos en una próxima oportunidad con una reflexión más, aquí en Diario de una mujer cristiana. Bendiciones mil.
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