Hoy veremos el tercer y ultimo consejo que se titula “Reconoce que es tu Señor quien te sustenta”
Para empezar, debemos tener claro que el sustento es el alimento o elementos básicos que necesita el ser humano para vivir. En consecuencia, el hombre ha luchado a lo largo de toda su vida para conseguirlos, convirtiéndose en la prioridad número uno y basándose en la dependencia de sí mismo y para sí mismo, excluyendo totalmente a Dios de sus vidas.
A esta aclaración le llamaremos como el Señor Jesucristo lo hizo en mateo 6:31 “el afán de la vida” y mas adelante en el verso 33 añade que debemos buscar primeramente el reino de Dios y su justicia perfecta, y todas estas cosas os serán añadidas.
Así que hay un elemento más, uno más importante que el sustento físico y es el espiritual, al igual que el primero también proviene de la soberanía de Dios, ambos son dados por nuestro Padre que está en los cielos, quien sabe plenamente cuales son nuestras necesidades.
Pero hay algo muy importante de lo que debes tener memoria, y es que el utiliza el sustento físico para probarnos, forjarnos y transformarnos. Pasaremos desiertos, escasez, tal vez frio o hambre, más el Señor estará ahí siempre para mostrarnos que a través de la prueba es que florece el carácter santo y piadoso de una mujer virtuosa.
Por algo dice el Señor: “No solo de pan vivirá el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”
Por lo tanto, querida amiga, Reconoce que tu único y verdadero sustento tiene nombre y es el Señor, lo demás vendrá por añadidura. Ocúpate de las cosas celestiales que en verdad tienen un fin eterno, preocuparte por servirle al Señor en honor a Su precioso e inmensurable amor.
Con amor, Tania M Olsson. Nos veremos en una próxima oportunidad con una reflexión más, aquí en Diario de una mujer cristiana. Bendiciones mil.

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