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Foto del escritorTania M Olsson

Ser una mujer cristiana es ser transformada por el poder de Dios

Parte 2

La transformación interviene en 3 aspectos de nuestro ser:


1. El temperamento: Es la combinación de rasgos con los cuales nacemos e incluye fortalezas y debilidades.

2. El carácter: es el verdadero “Yo” (1 Pedro 3:4), implica la mente, las emociones y la voluntad influenciadas por nuestras experiencias, educación, creencias etc.

3. La personalidad: Es lo que perciben los demás, es la exteriorización de nuestro yo, (no siempre es auténtica).


Gálatas 5:22-23 demuestra un temperamento lleno del Espíritu Santo, que tiene nueve características que Jesucristo manifestó. Esta es la voluntad de Dios para nuestras vidas, que aunque conservemos nuestros rasgos naturales, no seamos dominados por nuestra debilidad.

El fruto del espíritu santo es: Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, fe, bondad, mansedumbre, templanza.


Debemos tener en cuenta que tenemos un carácter presente y el Espíritu Santo lo ira transformando hasta llegar a la meta de ser como Cristo, nunca igual, porque el es Único, el es el Unigénito Hijo de Dios, el es Dios, pero en su voluntad, si podemos llegar a ser como Él, mientras estamos aquí en la tierra. (Filipenses 3:12-14; Efesios 4:13)


La transformación se da paulatinamente, no es instantánea, toma su tiempo, y Dios es soberano para decidir sobre esto. Solo ten en mente una cosa, mirando “la gloria del Señor” es como seremos transformadas y nos mantendremos en pie durante este largo proceso.


Recuerda también que mientras somos transformadas debemos confiar cien por ciento en el Señor y aceptar que no es nuestras propias fuerzas, sino en las de El que actúa el poder de Cristo en nosotras.


Con amor, Tania M Olsson. Nos veremos en una próxima oportunidad con una reflexión más, aquí en Diario de una mujer cristiana. Bendiciones mil.



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