¡Tres prioridades importantes para desarrollar la imagen de una mujer virtuosa!

Introducción

Hay una frase muy conocida que me gusta mucho y dice “Una imagen vale más que mil palabras”

El pasado mes de febrero se celebró en Miami, Florida el Super Bowl, donde se disputaba el título de la NFL. En el show de medio tiempo se presentaron dos artistas femeninas muy reconocidas a nivel mundial, de las cuales se sigue hablado hasta el día de hoy.

Pero porque inicio con esta corta reseña del espectáculo; porque me preocupan las jovencitas y mujeres del hoy, que están siendo influenciadas por muchas artistas como ellas, que distorsionan y tuercen la verdadera imagen de una mujer virtuosa.

La palabra imagen quiere decir figura o representación visual de algo o de alguien, y en concordancia a este significado si miras a tu alrededor el ser humano tiene una ansiedad, deseo y necesidad de seguir o ser como alguien más.

Bíblicamente la palabra imagen la utiliza Dios cuando describe la creación del hombre “hagamos al hombre a nuestra imagen” lo que quiere decir que somos una imagen y representación del Señor aquí en la tierra. Una imagen espiritual y piadosa, mas no física y material.

Esa imagen y propósito del Señor para nosotras se ve influenciada por la calidad de prioridades que escogemos para regir nuestras vidas. ¿Mujer, Con cuales prioridades estas edificando tu vida?

Elizabeth George dice que la imagen de la mujer virtuosa que Dios describe en proverbios le ha servido como modelo para sus prioridades, su vida tan ordenada pero llena de ocupaciones es un ejemplo viviente para nosotras en la actualidad. Sin embargo, recalca que esa valiosa mujer no era una maravilla o heroína inalcanzable. ¡Ella era una mujer como tú y como yo! Lo que en realidad la hace diferente y única es que ella conocía sus prioridades y las ponía en práctica.

Por lo que estaremos viendo 3 prioridades importantes para desarrollar la imagen de una mujer virtuosa

Con amor, Tania M Olsson. Nos veremos en una próxima oportunidad con una reflexión más, aquí en Diario de una mujer cristiana. Bendiciones mil.