Para empezar, debemos entender que el misterio mismo, su ocultamiento, su final revelación y la manera en que se exhibe la sabiduría de Dios, todo ello es conforme al propósito eterno que se llevó a cabo en Cristo Jesús nuestro Señor.
Antes que fuese hecho el mundo, Dios sabía que satanás caería y que la humanidad le seguiría en pecado. Y él ya había preparado un plan maestro. Este plan ha sido llevado a cabo en la encarnación, muerte, resurrección, ascensión y glorificación de Cristo.
Todo el programa se centraba en Cristo y ha sido llevado a cabo por medio de Él. Por lo que ahora Dios puede:
1. Salvar a impíos judíos y gentiles.
2. hacerlos miembro del cuerpo de Cristo.
3. confórmalos a la imagen de Su Hijo (Jesucristo)
4. honrarlos de modo singular como la Esposa del Cordero por toda la eternidad.
Sabemos que el Cuerpo de Cristo es la Esposa del Cordero, y esta a su vez es la Iglesia, que tiene como propósito supremo glorificar a Dios, y esto incluye el despliegue de su sabiduría delante de los ángeles, quienes a su vez lo honran con alabanza todavía más sublime.
Ahora bien, cuando una mujer llega a los pies de Jesús, su sentido en la vida se complemente totalmente en la unión con Cristo. Es cuando bien podríamos decir que por fin estamos plenas.
Al suceder esto no solo nuestra vida cobra sentido, sino que se nos atribuye el propósito por el cual el Señor nos ha creado.
Inmediatamente dices si al Señor entras a formar parte de la iglesia y de tal e inmenso propósito. Más debes tener muy claro que no es por tus propios esfuerzos que esto sucede, sino por la gracia, la misericordia y el amor del Señor, al momento de salvarte.
Lo que por consecuencia debe despertar en ti ese fiel y ferviente deseo de vivir para El, servirle y adorarle por toda la eternidad. Amén
Con amor, Tania M Olsson. Nos veremos en una próxima oportunidad con una reflexión más, aquí en Diario de una mujer cristiana. Bendiciones mil.
コメント