Vive bajo la verdad, la justicia y la paz

El Señor busca en todo momento el bien para nosotras, por lo que nos exhorta constantemente a vivir conforme a la verdad, la justicia y la paz; Evitando las cosas que el Señor aborrece.

Hacer el bien no solo nos trae bienestar a nosotras, sino que afecta directamente a la sociedad y al entorno en el que nos desenvolvemos.

Al igual y aun mas importante, trae honra, gloria y reconocimiento a quien es la justicia, la paz y la verdad, a nuestro Dios, al Señor Jesucristo, nuestro salvador.

¿Quién de nosotras le gustaría deshonrar al Padre albergando en su corazón, resentimientos, odios, falso testimonio, murmuración o falsedad? Creo que a ninguna.

Así que hoy el Señor nos recuerda a las que ya estamos en Él y exhorta a las que todavía no han llegado a sus pies a:

1. Decirnos la verdad unas a otras: la transparencia en el compañerismo, es de vital salud para las buenas amistades y relaciones entre hermanos en Cristo y la familia.

2. Juzgar en los tribunales con la verdad y justicia: si en cierto momento de nuestra vida, nuestra presencia es solicitada ante un tribunal, promete al Señor y por el bien de ti misma, decir la verdad en honor al nombre y la justicia de Dios.

3. No maquinar el mal contra el prójimo: No permitir en nuestro corazón albergar ningún tipo de resentimiento que nos ayude a tramar o a concebir algún daño en contra del prójimo, aún si este nos ha hecho algún daño. El Señor dice mía es la venganza.

4. No ser dadas al falso testimonio: que boca y labios más sucios y feos deben ser los de una mujer que en sus palabras se halla constantemente el testimonio falso. Los que hacen esto son llamados hijos del diablo, y el Espíritu Santo no habita en ellos. Lo único que hacen es traer sobre ellos el juicio del Señor y su ruina.

Por lo tanto, como mujeres hemos sido llamadas a ser portadoras de bendición, de amor, de humildad y de alegría.

En un mundo lleno de caos, la esperanza de Dios debe brillar a través de nosotras como herederas del reino y convertirse en el legado para nuestros seres amados.

¿Estás practicando la verdad, la justicia y la paz? ¿Es tu vida una gran influencia cristiana para las personas que te rodean?

Con amor, Tania M Olsson. Nos veremos en una próxima oportunidad con una reflexión más, aquí en Diario de una mujer cristiana. Bendiciones mil.